La actividad física ha sido históricamente comparada con la actividad sexual, ya que ambas queman calorías, aceleran el corazón, generan sudoración, etc. Por si esto fuera poco, un estudio reveló que el sexo a diario podría sustituir la actividad física recomendada para las personas. No obstante, a pesar de las similitudes, el ejercicio y la salud sexual son cosas muy diferentes.
Primero que nada es importante aclarar que una actividad no reemplaza a la otra, y que el ejercicio y la salud sexual son compatibles. Es decir, teniendo relaciones sexuales no se lograrán los mismos resultados en el cuerpo que realizando actividad física; y a su vez, se puede mantener relaciones sexuales a pesar de estar compitiendo a nivel físico en alto rendimiento.
La práctica constante de la actividad física intensifica el rendimiento sexual. Por cierto, el sólo hecho de sentirse en plena forma física facilita la concreción física del acto sexual. En tanto, con la práctica de una actividad deportiva no sólo se generará una mayor respuesta muscular, sino que los sentidos estarán más aguzados gracias a una mejor oxigenación sanguínea.
El buen estado físico junto a la mejora de la autoestima crearán las condiciones ideales para que las relaciones sexuales se hagan en forma satisfactoria. Asimismo, respecto al tema del ejercicio y la salud sexual también se comprobó que las mujeres que hacen actividad física se excitan más. Es decir, el ejercicio prepara al cuerpo para una mejor, más rápida e intensa respuesta sexual.
Es importante tomar en cuenta la definición de salud sexual de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La misma dice que “la salud sexual es la integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales, y sociales de ser sexual, de tal forma que enriquezca positivamente y mejoren la personalidad, la comunicación, y el amor. Fundamentalmente en este concepto es el derecho a la información sexual y el derecho para el placer”.
Asimismo, el documento que define a la salud sexual especifica que el concepto incluye tres elementos básicos: la capacidad para disfrutar y controlar el comportamiento sexual, el ser libre de miedo, vergüenza, o culpa, y la libertad de indisposiciones, enfermedades y deficiencias orgánicas que interfieran con las funciones sexuales y reproductivas.
Es un hecho que el ejercicio físico dispone al cuerpo de mejor forma para la actividad sexual. No obstante, según la definición de la OMS en lo que respecta al ejercicio y la salud sexual; la actividad física es solo uno de otros tantos factores que pueden afectar positivamente esta integración.
Otra realidad tiene que ver con el ejercicio y la salud sexual, y la prevención de la disfunción eréctil. Está comprobado a través de diferentes investigaciones, que uno de los beneficios que el ejercicio físico puede proporcionar a los hombres es precisamente la disminución de las probabilidades de sufrir disfunción eréctil.