Cuando yo tenía 16 años, solía pasear en bici por el barrio de la periferia, en aquel pueblo pesquero en el que vivía mi abuelo. Todavía no habían muchas casas allí. Las pocas que habían estaban vacías porque sus dueños venían en vacaciones. Sin embargo, yo sabía que Juan hacía el mantenimiento de aquellas casas. Los vientos de la costa hacían pequeños estragos en los jardines, y a Juan, un vecino del pueblo, le pagaban para arreglarlos... Yo me iba con mi mejor amigo, y cuando estábamos cerca de esa zona, me subía los pantaloncitos cortos hasta que se me veía todo mi hermoso culo... Mi amigo tenía un poco de vergüenza, pero yo me daba cuenta de como se le ponía empinada su verga debajo de su pantalón...cuando al fin localizaba a Juan en una casa, dábamos vueltas alrededor de la manzana, unas tres o cuatro veces, y cada vez que pasaba, Juan estaba más cerca de la calle, a tan sólo un metro de donde yo pasaba. La ultima pasada la hacía muy lenta, de manera que Juan podía mirarme el culo un buen rato, mientras yo hacía ver que esperaba por mi amigo...
